El olor a tierra mojada cuando llueve, ese olor tan agradable para mí a campo mojado, el escuchar únicamente los pajarillos piar en los tejados y los árboles mientras los rayos de sol entran por la ventana, el llenar los pulmones de aire puro y limpio...Desde siempre anhelaba eso, la llegada del fin de semana y la partida al pueblo de los abuelos para disfrutar de la naturaleza y claro está de la libertad para salir y jugar en la calle con el resto de niños del pueblo.
Mi infancia y adolescencia la pasé en gran parte en LOS OLIVOS (llamaré así al pueblo), a día de hoy sigo llendo con cierta frecuencia ya que mis padres conservan la casa de mis abuelos y aún hoy mis mejores amigas, las de toda la vida, aquellas a las que recurres cuando necesitas cualquier cosa, se encuentran allí.
Este fin de semana, ha sido como los de años atrás, relax, paseos por el campo, salidas con amigos, risas, complicidades...en definitiva un fin de semana redondo!! aunque las cosas han cambiado un poco desde que mi amiga Chiqui se casó con Gran Tonto, ya no podemos contar tanto con ella, y yo lo noto menos, pero el otro vértice del triangulo de la amistad que formamos si se ve muy afectado, Grande se siente más sola, y observa gestos y actitudes que le duelen...y claro hay veces que están más distantes...pero cuando nos juntamos las tres, el tiempo parece retroceder, y somos las mismas de siempre!!
Ellas son amigas mías desde mi más tierna infancia, jugamos juntas, empezamos a salir, a experimentar la adolescencia, los amores, desamores, bebidas espirituosas jaja y demás "locuras" juveniles que se suelen llevar a cabo, y desde siempre hemos estado juntas, las demás han ido y venido, pero nosotras permanecemos en el mismo sitio y espero que sea así por mucho tiempo. Ellas son para mí la definición perfecta de amistad, no sé definirlas, son muy distintas pero para mi las mejores amigas del mundo, las incondicionales, las que escuchan, te dan su opinión y te apoyan siempre, les guste o no las decisiones que tome, estén a favor o en contra de alguno de mis actos, ellas siempre siguen ahí, se interesan y sobretodo me acompañan en los buenos momentos y en aquellos que no lo son tanto.
Es muy bonito para mí el tenerlas siempre, y el tener ese espacio en Los Olivos para relajarme y desconectar de todo cada vez que lo necesito, sabiendo que no me voy a encontrar sola, que estarán allí los de siempre deseando que un fin de semana se lo dedique a ellos, aunque yo creo que es como un homenaje que me doy, porque el disfrutar de mis amigos de siempre y de la tranquilidad del campo...eso es una gran suerte!
